Puntos clave:
- La desaceleración del IPC del Reino Unido hasta 3,2% despeja el camino para un recorte de 25 pb del BoE hoy, mientras que la inflación de la Eurozona en 2,1% mantiene al BCE firme en pausa.
- El giro acomodaticio del BoE, junto con riesgos persistentes de estanflación e incertidumbre fiscal, debilita el atractivo relativo de la libra esterlina.
- La estabilidad del BCE preserva el soporte por diferencial de tasas, posicionando al EUR/GBP con un sesgo alcista gradual a medida que se estrecha la brecha de tipos.
Resumen de mercado:
La publicación de los últimos datos de inflación, previa a las decisiones de política monetaria de hoy, ha puesto de manifiesto una creciente divergencia entre la Eurozona y el Reino Unido. El IPC del Reino Unido se desaceleró más de lo esperado hasta 3,2% en noviembre, desde 3,6% el mes anterior, proporcionando una clara señal para que el Banco de Inglaterra inicie su ciclo de recortes con un ajuste ampliamente anticipado de 25 puntos básicos. En contraste, la inflación de la Eurozona se mantuvo anclada en 2,1%, apenas por debajo del dato previo, confirmando que las presiones de precios se están estabilizando en niveles consistentes con el objetivo del Banco Central Europeo y que no justifican un cambio inmediato de política.
Esta divergencia fundamental está reforzando la fortaleza relativa del euro frente a la libra esterlina. La postura predecible y estable del BCE de “tipos altos por más tiempo” contrasta con el escenario más complejo que enfrenta el Banco de Inglaterra. La autoridad monetaria británica no solo está girando hacia una política más acomodaticia, sino que lo hace en un entorno marcado por riesgos persistentes de estanflación —crecimiento débil con inflación aún elevada— y por una elevada incertidumbre fiscal tras recientes aumentos impositivos, factores que continúan erosionando la confianza en la economía del Reino Unido.
En consecuencia, aunque ambas decisiones de política monetaria son relevantes, sus implicaciones para el mercado difieren de forma significativa. El recorte esperado del BoE es percibido como el inicio de un ciclo de flexibilización sostenido, lo que constituye un factor estructuralmente negativo para la libra. Por su parte, el BCE se perfila para mantener su postura actual, preservando su ventaja en términos de rendimiento. Esta divergencia de políticas sugiere que el euro podría mantener su dominio frente a la libra en el mediano plazo, con el EUR/GBP orientado a una trayectoria alcista gradual a medida que se reduce el diferencial de tasas entre ambas economías.
Análisis técnico
EUR/GBP, H4
El par EUR/GBP continúa operando dentro de su estructura alcista principal, habiendo defendido con éxito su línea de tendencia ascendente clave pese a una corrección superior al 1,5% registrada durante el último mes. Este comportamiento confirma que la estructura subyacente de fondo se mantiene intacta.
El panorama técnico se ha reforzado tras la ruptura al alza de un canal bajista de corto plazo que había contenido la fase correctiva. Este movimiento sugiere que el proceso de consolidación podría haber finalizado, con los compradores retomando el control. La capacidad del precio para mantenerse por encima de la tendencia principal durante la corrección refuerza la solidez del soporte estructural.
El foco inmediato se sitúa en la zona de resistencia de 0,8800. Un cierre decisivo por encima de este nivel confirmaría la reanudación de la tendencia alcista y abriría el camino hacia la siguiente zona de resistencia. La conversión sostenida de este nivel en soporte será clave para mantener el impulso positivo.
Los indicadores de momentum respaldan este sesgo constructivo. El RSI se mantiene por encima de su nivel medio, reflejando un equilibrio favorable para los compradores, mientras que el MACD permanece por encima de la línea cero, lo que indica que el momentum alcista, aunque moderado durante la corrección, no ha sido invalidado.
Resistencias: 0,8800 – 0,8860
Soportes: 0,8750 – 0,8700
Soportes: 0,8750 – 0,8700