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Boswell 18/01/11 04:16
Ha escrito el artículo Las prisas
Boswell 14/01/11 04:30
Ha escrito el artículo El gallo
Boswell 04/01/11 08:54
Ha comentado en el artículo Una carta de Camilo José Cela: proposición de una delación (o muchas)
Ja, ja, querido Viejo. Eres un agudo sofista. Ja, ja. Un acosa es tomarse un buen vino, y otra comprarse un Bentley de EUR 400.000. Me parece un disparate, y "un delito social" (así lo llamaba mi padre) gastarse ese dinero en un coche. Cada uno que haga lo que quiera, según su conciencia. Ja, ja. Ni tú eres izquierdoso, ni yo derechoso. Ambos somos demasiado complejos como para que nadie nos ponga una etiqueta esteriotipada. Me tengo que ir. Un abrazo.
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Boswell 01/01/11 22:30
Ha comentado en el artículo Una carta de Camilo José Cela: proposición de una delación (o muchas)
Hola Germinio. Qué rayos me hablas de Pío Moa? Todavía hay clases. Sé que es un historiador cercano a Libertad Digital y demás. Que a veces escuche a Federico Jiménez Losantos (se pasa 20 pueblos, pero me descojono), no significa que comulgue con lo que dicen. Por cierto: jamás he visto Interconomía. Y yo que pensaba que era un canal especializado en economía. Manda güevos. Panda de payasos histéricos. Yo de un señor que tiene de nombre de pila "Pío" no leeré nunca nada. Coño, que se se lo cambie. Ya empezamos de nuevo con Garzón, el juez Baltasar Ambición y Panzón. Reitero una vez más. Yo admiré en su día a Garzón (ETA, Pinochet y demás). Hasta me compé su libro en el 2005 (cosa que a lo mejor tú no hiciste en su día. Yo sí). Juro que el libro de Garzón, del que sólo pude leer unas 20 páginas, ha sido una de las mayores “aberraciones estéticas” que he padecido. Todavía me estoy lavando los dientes. Quedé traumatizado. Y fue en en el 2005. Para empezar, el libro es del género epistolar, que en general es una mierda y, técnicamente, de lo más facilón. Solo se salva el “Drácula” de Bram Stoker, que yo al menos haya leído. Ni siquiera Goethe con su “Werther” se salva. Otra mierda, en este caso “romántica”. Los “románticos” es que son un poco insufribles la verdad, e incluyo a Byron y a la mayoría de los franceses. Todos “emporrados” con opio o alcoholizados con absenta. Así no se puede escribir nada serio. En ese libro, Garzón se muestra como un presuntuoso, vanidoso, egotista, tonto y gilipollas. Un hombre encantado de conocerse así mismo. Un idiota, vaya. Tú disculpas el delito (o varios, es que encima no es un buen jurista) de prevaricación y que cobre lo que salga de la polla por unos cursos en NY, “chantajeando” al SAN y otras empresas españolas. Encima se fue a NY, en plan año sabático para aprender inglés, y lo habla todavía peor que antes, según me han dicho. No Germinio, no. Garzón está acabado y bien acabado que está. Pasó su tiempo, lo de ETA y Pinochet, y se ha convertido en otros tonto burgués amante del dólar a lo FG. Un asco. Unamuno se jugó la vida (y mira que al principio estaba con los nacionales, seguramente porque era católico practicante). No comparemos al gran Unamuno con CMJ (menudo bluff, y lo siento por Viejo y por Mane), y mucho menos con Garzón, que es una cucaracha al lado de Unamuno. Memoria histórica. Pero qué manía tenéis. Joder: que ni los herederos de Lorca quieren remover los huesos del pobre Federico. Que descanse en paz. Que ya es polvo enamorado. Pero nada. Contraviniendo la voluntad de la familia, dale que te pego, el Estado se pone a buscar los huesos del gran Lorca. No los han encontrado. Espero que no los encuentren nunca, que se jodan, con el bobo y borrachín de Ian Gibson a la cabeza. La Transición, como toda obra humana, es imperfecta. Pero es lo que tenemos. Si empezamos con la Memoria Histórica, que coño hace Santiago Carrillo recibiendo homenajes y medallas? Por el mismo principio, al trullo con él, porque los delitos de “lesa humanidad” no prescriben, y están bien probados después de la desclasificación de documentos del KGB. Germinio: o es que la Memoria Histórica sólo funciona en una dirección? La memoria selectiva, uno de los grandes hallazgos de la misteriosa evolución, nos indica que tenemos que olvidar (y perdonar). Hay que mirar al futuro, y pensar en nuestros hijos y hasta nietos. Hasta soy capaz de olvidar la infame carta de CJC. Germinio, querido. Miremos al futuro, coño. Consigamos trabajo para los cinco millones de desempleados. Seamos prácticos. Son las cosas que de verdad importan. Lo demás, pajas mentales. Anda, un abrazo. Y por favor, no me menciones más al “pobrecito” de Garzón, que es más rico que tú y yo juntos. Marcelino Camacho. Ése es un hombre de izquierdas honesto y coherente. No creo en la gente de izquierda millonaria. Pues no. P.D. Germinio!! Estoy en la "huerta", por si acaso. Ja, ja. Aquí en el campo, todo es más fácil y barato. Mañana me voy a desayunar un zumo de naranjas con las naranjas que he cogido esta tarde. A tu salud, querido amigo.
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Boswell 31/12/10 07:28
Ha comentado en el artículo Una carta de Camilo José Cela: proposición de una delación (o muchas)
Viejo. He encontrado una descripción de las famosas palabaras de Unamuno en 1936 en la Universidad de Salamanca. Las escribe el famoso historiador inglés Hugh Thomas en su "Guerra Civil española": "“... Otro hecho notable que conmovió las líneas de batalla fue el cambio de actitud de los más eminentes intelectuales de la España anterior a la guerra. En su mayor parte se encontraban en la España republicana al ocurrir el alzamiento. Firmaron un manifiesto en el que se pedía apoyo para la República. Las firmas de este manifiesto incluían las del médico y biógrafo doctor Marañón, el embajador y novelista Pérez de Ayala, el historiador Menéndez Pidal, y el prolífico escritor y filósofo José Ortega y Gasset. Sin embargo, el efecto de las atrocidades republicanas y de la creciente influencia de los comunistas hizo que estos hombres, que habían tenido una parte tan importante en la creación de la República en 1931, aprovecharan cualquier oportunidad que tuvieran a su alcance para marchar al extranjero. Una vez allí, retiraron su apoyo a la República. Un camino enteramente contrario fue el seguido por el filósofo vasco Miguel de Unamuno, autor de “El sentido trágico de la vida” y portaestandarte de la generación del 98. Como rector de la Universidad de Salamanca, se encontró al principio de la guerra civil en territorio nacionalista. Todavía el 15 de Septiembre, continuaba apoyando el movimiento nacionalista en su “lucha por la civilización contra la tiranía”. Pero el 12 de Octubre había cambiado. En esta fecha, día de la Fiesta de la Raza, se celebró una gran ceremonia en el paraninfo de la Universidad de Salamanca. Estaba presente el obispo de Salamanca, se encontraba allí el gobernador civil, Asistía la señora de Franco. Y también el general Millán Astray. En la presidencia estaba Unamuno, rector de la Universidad. Después de las formalidades iniciales, Millán Astray atacó violentamente a Cataluña y a las provincias vascas, describiéndolas como “cánceres en el cuerpo de la nación. El fascismo, que es el sanador de España, sabrá como exterminarlas, cortando en la carne viva, como un decidido cirujano libre de falsos sentimentalismos”. Desde el fondo del paraninfo, una voz gritó el lema de Millán Astray: “Viva la muerte”. Millán Astray dio a continuación los habituales gritos excitadores del pueblo: “¡España!”, gritó. Automáticamente, cierto número de personas contestaron: “Una “. “¡España!”, volvió a gritar Millán Astray. “¡Grande!”, replicó su auditorio, todavía algo remiso. Y al grito final de “¡España!” de Millán Astray, contestaron sus seguidores “¡Libre!”. Algunos falangistas, con sus camisas azules, saludaron con el saludo fascista al inevitable retrato sepia de Franco que colgaba de la pared sobre la silla presidencial. Todos los ojos estaban fijos en Unamuno, que se levantó lentamente y dijo: “Estáis esperando mis palabras. Me conocéis bien, y sabéis que soy incapaz de permanecer en silencio. A veces, quedarse callado equivale a mentir. Porque el silencio puede ser interpretado como aquiescencia. Quiero hacer algunos comentarios al discurso – por llamarlo de algún modo – del general Millán Astray que se encuentra entre nosotros. Dejaré de lado la ofensa personal que supone su repentina explosión contra vascos y catalanes. Yo mismo, como sabéis, nací en Bilbao. El obispo – y aquí Unamuno señaló al tembloroso prelado que se encontraba a su lado – lo quiera o no lo quiera, es catalán, nacido en Barcelona”. Se detuvo. En la sala se había extendido un temeroso silencio. Jamás se había pronunciado discurso similar en la España nacionalista. ¿Qué iría a decir a continuación el rector? “Pero ahora – continuó Unanumo – acabo de oír el necrófilo e insensato grito, “Viva la muerte”. Y yo, que he pasado mi vida componiendo paradojas que excitaban la ira de algunos que no las comprendían, he de deciros, como experto en la materia, que esta ridícula paradoja me parece repelente. El general Millán Astray es un inválido. No es preciso que digamos esto con un tono más bajo. Es un inválido de guerra. También lo fue Cervantes. Pero desgraciadamente en España hay actualmente demasiados mutilados. Y, si Dios no nos ayuda, pronto habrá muchísimos más. Me atormenta el pensar que el general Millán Astray pudiera dictar las normas de la psicología de la masa. Un mutilado que carezca de la grandeza espiritual de Cervantes, es de esperar que encuentre un terrible alivio viendo como se multiplican los mutilados a su alrededor.” En este momento, Millán Astray no se pudo detener por más tiempo, y gritó: “¡Abajo la inteligencia!” ¡Viva la muerte!”, clamoreado por los falangistas. Pero Unamuno continuó: “Este es el templo de la inteligencia. Y yo soy su sumo sacerdote. Estáis profanando su sagrado recinto. Venceréis porque tenéis sobrada fuerza bruta. Pero no convenceréis. Para convencer hay que persuadir. Y para persuadir necesitaréis algo que os falta: razón y derecho en la lucha. Me parece inútil el pediros que penséis en España. He dicho.” Siguió una larga pausa. Luego con un valiente gesto, el catedrático de derecho canónico salió a un lado de Unamuno y la señora de Franco al otro. Pero esta fue la última clase de Unamuno. En adelante, el rector permaneció arrestado en su domicilio. Sin duda hubiera sido encarcelado, si los nacionalistas no hubieran temido las consecuencias de tal hecho. Unamuno moría con el corazón roto de pena el último día de 1936.” (1)
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Boswell 20/12/10 20:11
Ha comentado en el artículo El problema de las pensiones: una solución alternativa (y más divertida)
Me alegro que te guste, Franz.
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Boswell 20/12/10 18:40
Ha comentado en el artículo El problema de las pensiones: una solución alternativa (y más divertida)
4....S Mira qué libro voy a comprar: www.acantilado.es/catalogo/vida-de-tolstoi-518.htm Uhmmm. Acantilado, Barcelona. La mejor editorial de España. Y permite la cómoda compra on line. La leche.
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Boswell 14/12/10 05:15
Ha escrito el artículo El Tiempo, a lo mejor no perdido
Boswell 10/12/10 16:17
Ha comentado en el artículo ¿Se está gestando la mayor Cyber-Rebelión jamás vista?
Nuria, querida, qué alegría. Wiki Leaks. Me huele mal. El poderoso que que no quiere que se airen sus miserias. Qué tontería, si todos tenemos miserias. Sólo hay que aceptarlas. Controladores. Una panda de niños/niñas bonitas que han tirado demasiado de la cuerda. Todavía dudo de la "última" y buena intención del gobierno. No sé. Me alegro que estés ocupadada, pero un ratito para los amigos siempre se tiene, coño. Noviete? Me alegro. La monogamia tiene sus indudables ventajas: no le tienes que repetir lo que te gusta. Ja, ja. Niña: cuídate. Muchos besos. A ver si vas a terminar casándote con un "calvinista" y tener muchos hijos. Ja, ja. No me falles. El matrimonio, si no fuera por los hijos, es un fraude. Pero y en general, los hombres somos unos plastas
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Boswell 10/12/10 04:12
Ha comentado en el artículo ¿Se está gestando la mayor Cyber-Rebelión jamás vista?
Hola Desvelada. Qué bien que escribas algo. Más que no normal, eres especial, que es mucho mejor. La empatía es el sentimiento supremo, y ya he escrito alguna vez, que las mujeres es dueña y soberana de él, y aunque Arrapiezo me contradiga. Siempre es mejor un exceso de empatía que un déficit. Besos y bon día.
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