El interés simple y compuesto son dos formas diferentes de calcular los intereses que se ganan o se deben sobre una cantidad de dinero prestada, invertida o depositada en una cuenta. Aquí tienes un resumen de cada uno:
Interés Simple:
El interés se calcula únicamente sobre el monto principal o la cantidad original.
La tasa de interés se aplica al principal durante un período de tiempo determinado.
El interés generado en cada período es constante y no se acumula con el tiempo.
La fórmula básica para calcular el interés simple es: Interés Simple = Principal x Tasa de Interés x Tiempo.
Interés Compuesto:
El interés se calcula sobre el monto principal inicial y cualquier interés acumulado anteriormente.
La tasa de interés se aplica al saldo total en cada período.
El interés generado en cada período se suma al saldo principal, lo que resulta en un crecimiento exponencial con el tiempo.
La fórmula básica para calcular el interés compuesto es: Monto = Principal x (1 + Tasa de Interés) ^ Tiempo.
En resumen, el interés simple es más directo y lineal, mientras que el interés compuesto permite que el interés generado se reinvierta y acumule, lo que puede resultar en un crecimiento más significativo de los fondos a lo largo del tiempo. Por lo tanto, en la mayoría de los casos, el interés compuesto tiende a generar mayores rendimientos en comparación con el interés simple.