
En julio de 2025, miles de chilenos se dieron cuenta de que su “inversión segura” en Sunflower Technologies había desaparecido. La promesa era simple: retornos del 10 al 12 % mensual a través de una app amigable, oficinas físicas en Las Condes y decenas de testimonios positivos en redes sociales.
¿El resultado? Más de 3.000 personas afectadas y un esquema piramidal más en la larga lista de estafas financieras que han golpeado a Chile en los últimos años.
Y aunque parezca increíble, el método es casi siempre el mismo. Lo nuevo fue el nombre, el logo, y quizás una mejor campaña digital.
¿Qué fue Sunflower y por qué logró engañar a tantos?
Sunflower ofrecía supuestas inversiones en minería de criptomonedas, inteligencia artificial y activos digitales de alto rendimiento. Operaba sin autorización de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), y pese a ello estuvo y está aún con su página de Google publicada y activa en redes sociales.

Este tipo de estafas no es algo nuevo. En los últimos tres años, la CMF ha emitido alertas sobre más de 50 plataformas fraudulentas, incluyendo nombres como Inverlion, Intermagnum, Royal Camel, Midas Capital y Platincoin, todos con un patrón similar: promesas de alto retorno, sin regulación ni respaldo financiero.
Incluso se han utilizado nombres confiables como Codelco para atraer víctimas. En este caso, se publicitan oportunidades para “invertir en Codelco”, cuando en realidad es una empresa estatal, 100 % propiedad del Estado de Chile, y, por tanto, no cotiza en bolsa ni ofrece acciones al público. Aun así, muchas personas caen debido a la confianza que genera la marca.
El sesgo de confirmación: el error que cuesta caro

Uno de los errores cognitivos más comunes entre quienes caen en este tipo de esquemas es el sesgo de confirmación: la tendencia a buscar solo información que confirme lo que ya se cree. Si alguien quiere creer que una inversión es segura, su mente filtra automáticamente las alertas, los riesgos y cualquier señal de duda.
En lugar de investigar si la empresa está regulada, si los retornos son realistas o si tiene historia verificable, muchas personas se convencen simplemente con:
- Un video en TikTok donde alguien muestra que retiró dinero,
- Un influencer diciendo “yo ya gané con esto”,
- O ver una oficina física en un barrio exclusivo como Las Condes.
Y sin pensar, terminan confiando.
Aquí es donde entra la lógica financiera básica: las principales gestoras de inversión del mundo, como BlackRock o Vanguard, obtienen retornos anuales promedio del 8 al 12 % en carteras diversificadas de largo plazo. Entonces, ¿cómo es posible que una empresa sin historia, sin regulación y sin respaldo prometa más del 100 % anual, como lo hacía Sunflower?
Invirtiendo poco y mal
Más allá de Sunflower, hay un patrón preocupante en Chile y América Latina: La costumbre de invertir es muy poca, y cuando se hace, muchas veces se hace de mala manera como con este caso.
Invertir no debería ser un salto ciego hacia lo que suena más prometedor, sino una decisión informada, consciente y basada en criterios objetivos.
No se trata de tener miedo, sino de tener claridad
La próxima vez que se vea una “oportunidad imperdible”, hay que recordar: más importante que cuánto puedes ganar, es entender cómo lo vas a ganar… y por qué.
Una recomendación es aterrizar a las personas con la frase: “No te vas a hacer millonario hoy y tampoco mañana, pero algo seguro, es que probablemente pierdas si es que no revisas en que estás invirtiendo”.
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