Desde mi humilde punto de vista Paramés haría bien en dejar de reunirse con su amigo Huerta de Soto (Padre) y esperar la vuelta al patrón oro cual profecía autocumplida para centrarse en la coyuntura macro real que le esta pintando un ocho año a año. Sobre si esa coyuntura es justa/injusta podemos debatir largo y tendido, sobre si esa coyuntura es temporal creo que coincidiremos que políticos de por medio, estados megaendeudados, más guerra de depreciación de divisas entre USD/EUR/CNY, y una clase media establecida en occidente con poca cantidad demandada de transacciones económicas, lo que viene/se mantiene es más QE y tipos bajos. El riesgo moral que estamos corriendo es enorme, y cuanto más tiempo pasé mayor será, la vida y nuestra memoria es finita.En el sector público, asumiendo que más planes de infraestructuras y vivienda nueva atizada por tipos bajos va a generar un mayor consumo de territorio, paisaje, recursos humanos y materiales presentes para no disponerlos en siglos venideros considero que el status quo es el rechazo a esta idea. Creo que este dinero público irá a planes "sociales (yo me cuido, tu me cuidas)" e inversiones "vanguardistas" de dudosa utilidad presente y/o futura "hyperloop" "turismo espacial" ... etc y de tanto disparar lo mismo hasta aciertan en algo "renovación y mejora de la eficiencia energética del parque de vivienda." En el sector privado empresarial servirá para mantener la famosa zombificación de Rallo, creando esa sobreoferta de bienes y servicios que impide a empresas con fundamentales sólidos prosperar, regocigarse y morir. En el sector privado de los hogares, pues irán dejando caer el ahorro creciente a la bolsa sin selección alguna por medio de ETF, empresas que están de moda o compra de vivienda o cambio a vivienda mejor o bitcoins, es decir, tengo dudas que se aumente el consumo presente o que se generen nuevas demandas satisfechas por empresas que aumenten sus beneficios y donde el análisis de estos patrones de demanda juegue un papel fundamental.No seré yo quien vaticine el fin del value, pero lo tienen difícil en esta coyuntura. Por supuesto que sin manipulación monetaria, el riesgo moral desaparecería y la ley de la utilidad marginal empezaría a colocar a cada uno en su lugar. Pero la realidad es otra.