Entiendo perfectamente a quien va dirigido tu escrito, lo que no entiendo es cómo puedes escribir lo que escribes.
Dices que no vas contra los tramitadores, pero también dices que la tramitadora de tu expediente se está “cubriendo de gloria”.
Dices que tienes buenas experiencias como letrada del departamento jurídico de una Compañía, pero también dices que sabes lo que se “cuece” ahí a dentro.
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Sinceramente, en un departamento de siniestros hoy entran un montón de miles de de declaraciones de siniestros y, ¿tú crees que están maquinando a ver cual pueden excluir?
Hace 25 años, cuando entrabas en la delegación de una compañía, como en la que podías trabajar tú, existía un JEFE DE SINIESTROS que decidía, y cuando tenía dudas incluso hablaba con el JEFE DE CONTRATACIÓN y EL JEFE COMERCIAL para ver cuál era el espíritu de la póliza para poder decidir si daban cobertura o no.
Porque el contrato del seguro se basaba en un contrato de BUENA FE.
Pero cuando el cliente no estaba de acuerdo, recurría a un abogado y este a poner una denuncia. Ahí se perdía toda la buena fe y se limitaban a leer e interpretar “literalmente” la clausula, para otorgar o no cobertura.
Eso hizo que las cosas cambiaran tanto, que ni hoy las pólizas se parecen en nada a las de hace 25 años, ni las compañías, ni los tramitadores y ni siquiera los abogados.
¡¡OJO!! Con esto no quiero decir que sea mejor ni peor.
Si hablamos con un cirujano cardiólogo, nos dirá que la gente no se cuida, fuma, no hace ejercicio, se alimenta mal, etc. etc. porque todo el día está viendo problemas derivados de ese tipo de vida. Pero reconocerás que la generalidad no es esa.
Insisto, defiendo desde aquí el bien “social” de los seguros y afirmo que en la INMENSA GRAN MAYORÍA de los siniestros se da una resolución eficiente y acertada en tiempo.