Sin duda alguna que la Biblia es un texto que nos marca como humanidad sin importar la creencia religiosa de cada uno, es un texto que determina mucho de lo que hoy somos y del cómo vivimos. Una persona podrá ser judía, musulmana, budista o atea pero para todos entendemos que estamos en el año 2022. Año contado desde el nacimiento de Jesús de Nazaret.
Así como el básico ejemplo de que el nacimiento de Jesús nos marca nuestro calendario a nivel mundial (más allá de que algunas culturas y religiones tengan su propio calendario), es que la Biblia determina una serie de hechos que explican fenómenos territoriales como existen hoy en día en conflictos como el de Israel y Palestina. Una lucha territorial cuya explicación sólo podemos tenerla desde sus orígenes contados en la propia Biblia.
Teniendo en cuenta que la Biblia sea o no un texto de referencia a nivel personal (eso es decisión de cada cual). Podemos tomar en consideración muchas enseñanzas útiles para la vida y una de ellas en nuestro contexto financiero, es la de la vida de José de Egipto, pero siendo más preciso, en su famosa capacidad que tenía (de acuerdo a la biblia) de interpretar sueños y con ello, nos deja una de las más importantes enseñanzas de finanzas personales que podemos encontrarnos en lo que los cristianos conocen como el “Antiguo Testamento” (usted puede llamarle al libro como su religión lo determine).
Una breve historia de José
José era hijo de Jacob (primogénito de Isaac) y de Raquel, fue uno de sus 12 hijos (que dicho sea de paso formaron las 12 tribus de Israel). Destacado principalmente por ser según lo escrito como hijo de la esposa “favorita” de Jacob.
José por envidia de sus demás hermanos ya que según el texto bíblico sería el hijo “preferido” de Jacob, fue vendido como esclavo donde posteriormente terminó en Egipto llegando hasta la cárcel por una falsa acusación de una mujer (acusado de adulterio).
Durante el tiempo que pasó privado de libertad, José tuvo dos “compañeros de celda” a los cuales les interpretó sus sueños. El copero, que era uno de ellos y había soñado con que exprimía tres racimos de uva en la copa del Faraón. La interpretación de José fue que en tres días el copero sería declarado inocente y saldría libre.
Por su parte, el otro preso era el panadero el cual había soñado que tres aves devoraban una canasta de pan. La interpretación de José sería que en tres días el panadero sería ejecutado y su cuerpo sería devorado por las aves.
Ambas interpretaciones fueron acertadas.
El sueño del Faraón
Pasó un par de años desde la interpretación de los sueños de ambos presos y el copero (el que fue liberado) estaba sirviendo al Faraón cuando este último tuvo un par de sueños que lo dejaron preocupado por la forma y por no saber sus significados.
En el primer sueño el Faraón vio en la ribera del Nilo a siete vacas gordas subir desde el agua, luego ve a otras siete vacas también subir del agua pero estas a diferencia de las primeras, eran flacas y se devoraban a las primeras siete vacas gordas. Sin embargo, a pesar de que se comían a las vacas gordas, las vacas flacas no engordaron por ello.
En el segundo sueño el Faraón ve una caña de trigo brotar siete espigas llenas de grano, sin embargo, detrás de éstas aparecían otras siete espigas, vacías y quemadas por el viento del desierto que devoraban a las primeras.
El Faraón consulta desesperado ante los sabios de Egipto pero ninguno fue capaz de interpretar los sueños hasta que el copero recordó a José y le comentó al Faraón lo que vivió en la cárcel con la interpretación que le hizo José a su sueño.
El Faraón mandó a buscar a José a quien le vistieron y prepararon para estar presentable ante el Faraón. Luego frente a José, El Faraón le comenta su sueño a lo que José se lo interpreta indicando que tanto las siete vacas gordas como las siete espigas hermosas corresponden a que vendrán siete años de prosperidad y abundancia pero luego vendrán otros siete años de profunda hambruna donde la escasez de apoderado de la tierra. Eso en relación a las siete vacas flacas y a las siete espigas quemadas.
La enseñanza en Finanzas Personales
José de Egipto después de la interpretación que hizo, le recomienda al Faraón buscar a un hombre inteligente y sabio para ponerlo en frente de Egipto y se encargue de organizar todo para hacer una correcta administración de los granos de trigo durante los siete primeros años de abundancia de tal manera que luego existan reservas suficientes para enfrentar los siguientes años de escasez y hambre.
El Faraón nombró a José como el hombre a cargo y fue un acierto puesto que este tomó las decisiones acertadas almacenando importantes cantidades de trigo con lo que enfrentaron con total soltura el periodo de escasez que llegó después de los siete años de abundancia.
La historia continúa por supuesto pero nos paramos en el punto relevante a este artículo y es la administración de los recursos en épocas de abundancia con miras a los de futuros periodos de escasez.
Nosotros no tenemos a un José de Egipto ni tenemos la habilidad de él para interpretar los sueños por lo que jamás sabremos si vendrán momentos de abundancia o de escasez. Pero lo que sí podemos hacer es utilizar esta enseñanza financiera para tomar conciencia de que nuestra situación actual puede cambiar drásticamente en el futuro. Podemos hoy estar en abundancia con un muy buen empleo o nuestro negocio puede andar de maravillas pero una crisis a nivel país, mundial o de cualquier tipo puede cambiar la situación dando un giro inesperado contra nuestro. Es por ello que José de Egipto a través de estas antiguas escrituras nos entrega una de las mayores y básicas enseñanzas que a su vez conforma el pilar de las finanzas personales…
Ahorra ahora!
Ahorrar fue lo que aconsejó José de Egipto. El mensaje al Faraón fue claro, le dijo implícitamente;
No te comas todo lo que ganarás cuando ahora comience a irte muy bien porque después no vendrá nada y si no ahorraste, no podrás soportar esos siete años de escasez”.
Puede ser trigo, carne, arroz o cualquier tipo de cosa como lo puede ser dinero. El concepto de ahorro de trigo para esa época es similar al concepto de ahorro de dinero en la actualidad.
La metodología de José para nuestro ahorro
La metodología que aconsejó José de Egipto al Faraón y que luego él mismo aplicó al tomar el mando, fue apartar tanto granos de trigo como pudiera durante los años de abundancia almacenándolos para los siete años de escasez que vendrían. Esto es similar a que cada vez que recibiéramos el pago de nuestro sueldo o bien tengamos ingresos, separemos una parte importante de ello para el futuro, un futuro que si bien es cierto podría nunca ser de escasez, podría sí serlo por lo que estar preparados por si llega a suceder es sin duda el mejor plan a tener.
José fue consciente de que no se trataba de apartar una pequeña parte del trigo, sino que de hacer un esfuerzo para que las cantidades almacenadas fueran importantes. De la misma manera debemos de olvidarnos de pensar en ahorrar lo que nos “sobre” porque de esa manera se garantiza que el ahorro será nulo o casi nulo puesto que “nunca sobra”. El ahorro lo debemos pensar como lo hizo José en el almacenamiento de trigo; como una prioridad por sobre el consumo de los años de abundancia (sobre el presente).
Pensamos al revés
José en los siete años de abundancia estaba más preocupado por almacenar (ahorrar) trigo para los siete años de escasez. A diferencia de él, la mayoría de la gente que por lo general suelen caer en apuros económicos, tienden a obsesionarse del disfrutar en el presente sin pensar en lo más mínimo de cara al futuro. Esto último es un grave error.
Al igual que José de Egipto, en los momentos de abundancia debemos concentrarnos para enfrentar las situaciones si éstas se ponen feas y nuestra(s) fuente(s) de ingreso(s) se ven mermadas o totalmente anuladas por razones que ni siquiera podemos conocer en este momento pero que podrían suceder de forma inesperada a futuro.
Es hora de actuar como nos enseña este pasaje bíblico.
Al igual que José de Egipto, en los momentos de abundancia debemos concentrarnos para enfrentar las situaciones si éstas se ponen feas y nuestra(s) fuente(s) de ingreso(s) se ven mermadas o totalmente anuladas por razones que ni siquiera podemos conocer en este momento pero que podrían suceder de forma inesperada a futuro.
Es hora de actuar como nos enseña este pasaje bíblico.
Conclusión
No importó que fuera el mismísimo Faraón, ni toda su riqueza, estatus ni poder hubiese podido salvarlo de no tener el suficiente trigo almacenado para los siete años de escasez. De la misma manera, no importa qué tan buen salario tengas, que tantos diplomas, fama, o incluso, contactos tengas. Si no tienes ahorros (trigo) para cuando las cosas se pongan feas, te verás en apuros económicos que no querrás vivir. Sin embargo, si a diferencia de ello, eres previsor y actúas como José de Egipto, comenzarás a ahorrar en tiempos de abundancia lo más que puedas, ojalá llegando al 50% de tus ingresos y como mínimo un 20%. Aunque esta última cifra, insuficiente a mi gusto, es mejor que nada.
En el caso de que tu situación de coste de vida e ingresos te permitieran ahorrar más de un 50% y aún no tienes un patrimonio sustancioso, te lo recomiendo totalmente puesto que eso te podrá ayudar a futuro. En caso de ya contar con un patrimonio personal importante, podrás relajarte más y acercarte al 20% como monto mínimo. Lo importante es SIEMPRE AHORRAR durante épocas de vacas gordas para que cuando lleguen las vacas flacas, se tenga el suficiente sustento para continuar la vida sin problemas y no se pasen penurias a nivel personal ni familiar.
¿Y tú qué opinas de esta enseñanza?
Rodrigo Aguila Bahamonde
Rankia Chile
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