¿Depósitos a plazo o cuentas de ahorro? ¿Qué es mejor? Como ya hemos abordado en columnas anteriores, un depósito a plazo (DAP) corresponde a sumas de dinero aportadas por epersonas a una entidad financiera a cambio de percibir cierta cantidad de intereses que se generarán en un período de tiempo previamente establecido. Por lo tanto, el ahorrador se convierte de esta forma en un acreedor del banco. Por su parte, las cuentas de ahorro sirven para ir juntando dinero de forma periódica. Existen diferentes cuentas de ahorro: a la vista, a plazo con giro incondicional, con giro diferido, cuentas para la vivienda, cuentas de ahorro para la educación superior, cuentas de ahorro para el deporte y planes de ahorro previsional voluntario (APV). Veamos las características y diferencias de estos dos instrumentos de ahorro para ver cuál es más conveniente: ¿depósito a plazo o cuenta de ahorro?
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¿Depósitos a plazo o cuentas de ahorro? Principales diferencias
Para hacer una buena comparación entre depósitos a plazo (DAP) y cuentas de ahorro, debemos tener claro cuáles con los principales aspectos a considerar. Existen principalmente tres características que debemos tener en cuenta:
- Plazo
- Tasa de interés
- Capital
Ambos productos poseen varias semejanzas y tienen la misma finalidad, pero existe una serie de diferencias que nos harán preferir un instrumento o el otro.
Sobre el plazo:
Los DAP son contratables a un plazo preestablecido, normalmente 3 a 6 meses o 1 año o más. En cambio las cuentas de ahorro no tienen un plazo preestablecido.
Otro característica importante relacionada con el plazo es la disponibilidad del capital. En las cuentas de ahorro dispondremos de nuestro dinero en cualquier momento que deseemos, podemos realizar una transferencia a nuestra cuenta corriente habitual sin necesidad de informar a la entidad financiera de que deseamos retirar nuestros fondos. En el caso de los DAP, por el contrario, al tratarse de un plazo preestablecido, si queremos disponer de nuestro capital de forma anticipada al plazo previsto tendremos que pagar tasas bastante costosas.
Sobre el método de operación:
La forma de operar de un DAP es extremadamente sencilla: ingresamos el dinero en la entidad, esperamos el plazo preestablecido y cobramos los intereses más el capital una vez devengado el plazo. Un DAP no te permite realizar ningún movimiento, a excepción de la cancelación anticipada parcial o total. La ventaja de la cuenta de ahorro en este aspecto es la posibilidad de incrementar o reducir el monto que queremos en cualquier momento, sin costos para el cliente.
Sobre el capital:
Es bastante común que los DAP pongan límites tanto al mínimo como el máximo capital invertido, mientras que las cuentas de ahorro suelen aplicarlo sólo al máximo. La procedencia del capital suele ser un requisito para la contratación de los depósitos a tipos de interés ventajosos, en las cuentas remuneradas la limitación suele ir asociada al importe máximo remunerado y algunas entidades especifican que la procedencia del capital tiene que ser de otra entidad.
¿Depósitos a plazo o cuentas de ahorro? Sobre la rentabilidad
En este punto es donde los DAP sacan una ventaja sobre las cuentas de ahorro. Las cuentas de ahorro rentan un promedio anual en torno al 3%. Si consideramos que este monto es aproximadamente lo mismo que la inflación anual promedio, nuestros ahorros prácticamente no crecen a una tasa real.
Por su parte, los DAP, aunque varían bastante en su rentabilidad, pueden llegar a a tener una rentabilidad mensual de 0,40%, lo que equivale a una tasa de 4,8% anual.
En este sentido, los depósitos a plazo son una alternativa mucho más conveniente, ya que entregan la misma seguridad, pero con mayor rentabilidad. El único pero es la imposibilidad de retirar los fondos anticipadamente (de forma barata).