Ha comentado en el artículo La hiperinflación imposible (II)
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Un apunte sin ánimo de polemizar: la hiperinflación no tiene nada que ver con lo aquí descrito.
Una cosa es inflación o incluso muy alta inflación y otra cosa es hiperinflación. Estos dos artículos explican cómo la expansión de la base monetaria podría llevar a elevadas tasas de inflación, pero la hiperinflación es otra cosa. La hiperinflación es la destrucción del valor del dinero.
La hiperinflación no nace de la alocada expansión monetaria (aunque es condición necesaria) sino de la escasez. Cuando se han producido graves crisis económicas, estas siempre han traido grandes quiebras empresariales, deflación de precios y a menudo finalizan en guerra (ver ciclos de Kondratieff). Esas quiebras generalizadas y, sobre todo, la guerra destruyen el sistema productivo y provocan escasez. El Estado expande la base monetaria aceleradamente y la gente pasa de atesorar dinero (la hiperinflación solo nace en medio de una deflación) a perder la confianza en el valor de esos billetes, por lo que los cambia por cualquier cosa que le ofrezca utilidad.
Ahora mismo no se da la condición principal. No ha habido una severa destrucción del tejido productivo, de hecho seguimos con un importante output gap. Mientras eso no se dé no habrá hiperinflación. Elevadas tasas de inflación sí podrá haber, de hecho en USA ya van por el 10,2% si se elminan las trampas introducidas en su cómputo, tal y como hacen en shadowstats.com