A mí todo esto me suena a pataleta de niño pequeño. Y sé que no estoy siendo políticamente correcto ni acaparando especiales simpatías, pero es lo que hay. Como cuando contratas a un fontanero del que hablan maravillas y te deja una obra en casa que dista mucho de quedar como querías.
Un analista hace eso: analizar. Y en función de su análisis, se decanta por una apuesta. Bien que se dice a diario en Intereconomía: no se trata de adivinos de bola de cristal.
Cuando vas a un médico y te dice que tienes cáncer, ¿no visitas a otro?. Si te dice que tienes 2,5 dioptrías, ¿no vas a cerciorarte con otras opiniones antes de comprarte las gafas?
Como cuando el gobierno prohibió los teléfonos ochocientos-no-sé-qué en vista de las facturas que llegaban. ¿No sabemos qué hemos de hacer sin que esté detrás papá gobierno?
O como lo del tabaco. ¿Hemos necesitado advertencias impactantes en las cajetillas para dejar de fumar? ¿no sabemos que fumar es malo? ¿tenemos derecho - como hicieron algunos americanos - a denunciar a las productoras de tabaco por no poner todos y cada uno de las sustancias componentes de dicha plantita tratada?
Erre que erre siempre con lo mismo. ¿Debemos tirar los libros que tengamos de bolsa? ¿no asistir a cursos nunca jamás? ¿nacemos aprendidos?. Porque por esa regla de tres podríamos cargarnos todo el sistema educativo, digo yo. Bueno, realmente ya se lo están cargando. Pero eso es harina de otro costal.
En fin, que yo creo que ya somos mayorcitos para saber lo que hacemos y lo que no. Y menos falta harían tantos "disclaimer" tontos que todos conocemos. "Rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras", "La inversión en bolsa supone un alto riesgo", "xxxxx no se responsabiliza de las inversiones que realicen sus clientes", etc ...
Joder, es que al final vamos a necesitar carteles por la calle que nos digan "no escupa en el suelo", o "tire su basura en la papelera".
un saludo,
jr.
