Misma situación. Después de negociar con una docena de bancos, uno accedió a hipotecar el derecho de remate. Tras la subasta, llegado el momento de pagar, nos indican que la tasación es requisito sine qua non (algo inviable en nuestro caso).
Finalmente acudimos al Plan B: préstamo personal e hipoteca una vez inscribimos el inmueble en el Registro.