Buenas tardes! hablo de mi experiencia personal. Después de comprar por subasta en la Audiencia Nacional, una finca en la provincia de Málaga, en tercera subasta, ¿Se acuerdan los más veteranos? me encuentro que había que comunicar al traficante, residente en España, pero pillado en Londres, capital de su país de nacimiento, el resultado de la misma. En ese momento se encontraba en la cárcel de allí. Entiendo que el mensajero fue en bicicleta, pues no es entendible que tardaran 6 años, más o menos, en darme el Decreto de Adjudicación o similar. Mi gozo en un pozo, pues a pesar de la comisión rogatoria del Reino Unido, las investigaciones en la propia Costa del Sol de los policías ingleses, el resumen de la fiscal de 300 folios, etc, etc y mi supertítulo de papel, Don Gonzalo, registrador que espero esté leyendo esto, me califica el título como no inscribible por falta de Tracto Sucesivo, pues el chorizo había tenido la precaución de comprar a nombre de una Sociedad, por cierto, asunto desmontado por Scotland Yard. Después de intentar el levantamiento del velo societario, en primera, en segunda, en regional preferente, etc, me encuentro soltando casi 18.000 pavos (euros) al abogado de los demandados, Don Adolfo, bueno y con suerte, desde mi punto de vista, por las costas de ganar el levantamiento del susodicho. Pero nuestra rabia era infinita, y decidimos presentar una reclamación patrimonial al estado. Y ahí fue donde Don Gonzalo cambió de criterio, por caridad o por otras razones. Yo creo que se dio cuenta de que la fiscal inglesa tenía razón. Y decidió inscribir nuestro título, argumentando en siete folios por las dos caras, lo que se había cepillado en media página 12 años antes. Amigos. Echarse a temblar. El final ya lo conté en otro escrito. Pero me lo reservo por si no lo habéis leído, para que el descojone sea más divertido. Y os contaré lo que me dijo un juez con 2, de lo que hizo para un "nuevo juez registral" (cito a Tristán), cambiara de opinión. Del tirón.
Por cierto, releyendo, más adelante os contaré algo que espero os haga reír. Mejor dicho, descojonaros de risa. Es el motivo por el cual cambié de opinión y decidí pactar con Don Adolfo. La pera. Mf recuérdamelo que te vas a hartar de reír.