Brownehead,
Muchas gracias por tu contestación y tus interesantes reflexiones. Voy a intentar ser breve.
En el primer escenario que planteas de subida de tipos como respuesta de los bancos centrales a la elevada inflación, está claro que esto beneficiaría al oro, máxime después de una corrección como la vivida en 2013. Podríamos encontrar analogías en esta situación con respecto a la vivida en los años 70.
Es el segundo escenario que planteas, el que más me preocupa: moderada inflación, subida progresiva y continuada de los tipos de interés. Los bonos y el oro se verían perjudicados, siendo la renta variable y el cash, los activos beneficiados, pero:
1. Las subidas en tipos de interés pueden acabar perjudicando seriamente a la renta variable: las empresas tienen mayores costes para financiar sus proyectos, y los particulares menos renta disponible y acceso al crédico en peores condiciones, limitando el consumo, etc.
2. El comportamiento del cash sería insuficiente para tirar de los otros tres activos de la cartera.
Suponiendo que esta situación no durase mucho en el tiempo, probablemente no veríamos rentabilidades muy significativas en la cartera permanente, tal y como ocurrió en Japón (apenas un par de puntos de media por encima de la inflación durante casi 40 años, y esto sin considerar comisiones ni costes fiscales).
Con respecto a la supuesta ineficiencia fiscal de la cartera, veo que para implementarla correctamente, no podemos usar fondos de inversión en al menos dos activos (oro y bonos), con lo que no podremos aprovechar el diferimiento fiscal en los rebalanceos.
En el caso del oro es evidente, ya usemos físico o un ETF.
En el caso de los bonos, que yo sepa no existe ningún fondo adecuado de bonos alemanes. El mejor es un ETF de iShares, con lo que tendremos que pasar por caja de Hacienda cada vez que un rebalanceo afecte a este activo (tanto para comprar como para vender). Y encima es de reparto, con lo que a pagar todos los años rebalancees o no.
Ni que decir tiene que, en el caso de los ETF, la mayoría de los brokers en España son unos cobracomisiones de narices (por ejemplo, Openbank te casca un 0,60% de custodia, e Inversis un 0,25, que habrá que añadir a la TER de nuestro ETF). Esto sin contar las comisiones de compraventa, que también existen y en algunos casos bastante elevadas.
Imaginemos una cartera 4x1000 (por simplificar) con activos A, B, C y D, con pesos del 25% cada uno. Nos lo hemos currado, y tenemos una TER del 0,50% de costes en nuestra cartera.
Pasado un tiempo (al menos un año), vemos que:
A sube un 50% --> 1500 (peso del 35%)
B cae un 40% --> 600 (peso del 14%)
C sube un 10% --> 1100 (peso del 26%)
D no se mueve --> 1000 (peso del 23%)
Total: 4200
Los pesos son aproximados, he quitado los decimales.
Siguiendo las normas de rebalanceo, decido vender el activo A para comprar el B, intentando dejar ambos activos con el mismo peso. Por tanto:
Venderemos 450 euros del activo A, para comprar la misa cantidad del activo B, quedando la cartera:
A 1050 (peso del 25%)
B 1050 (peso del 25%)
C 1100 (peso del 26%)
D 1000 (peso del 23%)
Total: 4200
Quedando la cartera razonablemente bien balanceada.
Sin embargo, si alguno de los activos A o B es un ETF (cosa probable, pues dos de los tres activos volátiles lo son), al vender esos 450 euros, tendremos que pasar por caja de Hacienda, de manera que, con una plusvalía del 50%, y pagando el tipo mínimo del 21%:
450 * 0,33 * 0,21 = 31 euros (aproximado a pagar a Hacienda).
31 / 4200 = 0,74% de porcentaje de gasto respecto al total de nuestra cartera.
Puede parecer poco, pero ese 0,74% se lo tendremos que añadir a nuestra flamante TER de 0,50%, quedando en 1,24.
Suponiendo una frecuencia de rebalanceo bianual, tendremos una TER de 0,87, lo que significa que Hacienda se va a llevar un buen pellizco de nuestra rentabilidad anual. Según mis cálculos, una TER del 1% se llevaría aproximadamente el 25% de las ganancias a largo plazo. No está mal, para ellos claro.
Y no estamos contando las comisiones de compraventa que cobran los brokers al operar con ETFs. Si lo contáramos, posiblemente superaríamos ese 1%.
En una cartera tan diversificada, donde los rebalanceos juegan un papel tan importante, me parece un tema muy a tener en cuenta.
Si en España pudiésemos beneficiarnos del diferimiento fiscal no sólo en los fondos de inversión, sino también en otros activos como acciones o ETF o incluso en algunos tipos de cuentas bancarias (como ocurre en países como el Reino Unido), creo que la cartera permanente sería mucho más atractiva para el inversor español. Lamentablemente dudo que este gobierno ni ningún otro hagan movimientos que favorezcan el ahorro y la inversión, como lo sería el establecimiento de este tipo de cuentas.
Si al menos la parte de bonos pudiese implementarse con algún fondo de no muy alto coste, creo que ya sería mucho mejor, pero por más vueltas que le doy, no encuentro nada (todos caros y de gestión activa, y sin las duraciones adecuadas).
¿Cómo afrontas tú esta problemática?
Lo siento, pero no he conseguido ser breve.
Gracias y un saludo.