Chile, entonces, no actúa según las recomendaciones de la evidencia y los(as) expertos(as) porque, en las condiciones actuales, no puede. Nuestro modelo de desarrollo nos impide tomar medidas drásticas que afecten la economía (como una cuarentena total) porque los resultados serían catastróficos para las personas – y para el empresariado –, pero tampoco tiene la posibilidad de recurrir confiadamente al sistema público para afrontar las consecuencias de no tomar esas medidas, pues la salud ha sido sistemáticamente debilitada durante casi de 5 décadas.