Cuenta Paul Ormerod, un economista interesado en los comportamientos sociales, que en el Mundial de 1990 de Italia, los hinchas británicos, dada su reputación, eran -con razón- temidos en la sede de Cagliari, que era donde Inglaterra jugaba. Una noche en que se había reunido un gran número de ellos en el centro de la ciudad, la policía se preparó para lo lo peor...pero pasaba el tiempo y nada pasaba. Los intentos de algunos hooligans de incitar a los demás a “pasar a la ac...