Benjamin Graham no imaginó el impacto de su trabajo. Un legado único que hizo millonarios a leyendas de la inversión como Warren Buffett, Charlie Munger, Walter Schloss, Bill Ruane y otros pocos que siguieron la senda de la inversión en valor.
En esta ocasión comentaré las principales ideas que rodean a la metodología y visión de la inversión en valor.
Un acercamiento a la filosofía del Value Investing
Value Investing es invertir con sensatez. Apela al sentido común, al trabajo paciente y enfocado en aplicar una estrategia duradera. Es una tarea que raya entre la pereza y la genialidad unidas por una determinación única.
Más que una técnica cuantitativa, es un estilo marcado por la austeridad y visión de largo plazo.
La inversión en valor exige que se establezcan objetivos claros. Implica paciencia y tenacidad para alejarse de la imprudencia, de la búsqueda de ganancias rápidas y de excesivos operaciones de mercado, motivadas por el sesgo humano que tiende a la hiperactividad.
Aquí aplica el viejo adagio de que a veces menos es más. Al respecto Warren Buffett dijo una vez:
En inversiones sólo debo hacer un par de cosas bien, siempre y cuando no haga muchas cosas mal.
[Warren Buffet es un inversionista en valor que actualmente ocupa el 3° lugar en el ranking Forbes 2016 de multimillonarios. Su fortuna actual alcanza los MMUSD 60.800, riqueza que obtuvo a través de Berkshire Hathaway, conglomerado empresarial que le permitió ostentar el primer lugar en el Forbes durante el 2015.]
La clave para seguir el camino de los superinversionistas de la talla de Buffett es entender su carácter.
Es común escuchar en las conferencias de Warren y de su socio Charlie Munger que su principal fortaleza a la hora de invertir es no correr riesgos innecesarios. Alejándose de la moda y el uso de instrumentos apalancados y altamente volátiles. Según Charlie Munger, lo fundamental en el value investing es tener visión para reconocer buenos negocios, el coraje para comprar acciones y paciencia para esperar el momento adecuado para vender.
Warren Buffet (1984) en su famoso discurso “The superinvestors of Graham and Doddsville” declara que no es una mera coincidencia que el persistente empleo de la filosofía de inversión del value investing consiga resultados extraordinarios en personas ordinarias, en detrimento de las técnicas cuantitativas de inversión, en donde prima el elemento intelectual y los resultados a corto plazo.
Al respecto, resulta conveniente conocer cuál es la definición de inversión de los grandes inversionistas en valor. De acuerdo a Benjamin Graham:
Una operación de inversión es aquella que, después de un análisis cuidadoso, promete la seguridad del capital principal y un rendimiento satisfactorio. Las operaciones que no cumplen estos requisitos son especulativas” (Graham y Dodd, Security Analysis, 1934, p. 49)
De esta manera, la inversión para Graham se transforma en una ciencia. Ninguna decisión de inversión es tomada de acuerdo al sentimiento del mercado o sin un análisis detallado. Muchos inversores en valor toman la siguiente pauta, derivada de la lectura de los libros Security Analysis y The Intelligent Investor (1949, Benjamin Graham), como guía para tomar la decisión de comprar una acción:
- La rentabilidad por ganancias de la acción (calculada como las ganancias por acción dividida por el precio de cotización) debe doblar la rentabilidad de un bono de una empresa AAA.
- El ratio precio a ganancias de la acción debe ser un 40% inferior al mismo ratio representativo de todo el mercado (durante un período de cinco años como mínimo).
- La rentabilidad por dividendos debe ser superior a dos tercios de la rentabilidad de los bonos corporativos AAA.
- El precio de las acciones debe ser inferior a dos tercios del valor libro de los activos tangibles de la empresa (el activo tangible debe ser dividido por el total de acciones en circulación).
- El precio de las acciones debe ser inferior a dos tercios del valor del activo corriente neto (activos corrientes menos pasivos corrientes, luego se divide la diferencia por el número de acciones en circulación).
- El ratio deuda a patrimonio (contable) debe ser inferior a 1.
- Los activos corrientes deben ser superior a los pasivos corrientes.
- Los activos corrientes netos son, al menos, el doble de las deudas de la empresa.
- Un crecimiento histórico de las ganancias por acción del 7% durante los últimos diez años.
- No más de dos años de decrecimiento en las ganancias durante los últimos diez años.
Este checklist no representa una garantía de éxito, sin embargo, la enumero porque sintetiza el pensamiento y estudio de Graham durante el turbulento período posterior al gran crash bursátil de 1929. La columna vertebral de este decálogo es la minimización del riesgo. Graham busca disminuir al máximo la posibilidad de pagar un precio muy alto por una acción. Por tanto, Graham cuida la rentabilidad de su inversión mediante el control del precio pagado.
Sin embargo, muchas de las métricas listadas son muy difíciles de cumplir en los mercados actuales, por ejemplo el número 5 (encontrar una empresa con semejante descuento es muy difícil, incluso si se trata de una compañía de mediana o pequeña capitalización). Las condiciones establecidas por Graham son referenciales, podemos ocupar algunas de ellas para evaluar si una acción es una potencial candidata para invertir.
Otro concepto muy utilizado en el estilo value investing es el margen de seguridad, el cual permite a los inversionistas tener confianza en su decisión. Como explica Warren Buffet lo más probable es que suceden cosas buenas cuando compras un dólar por cuarenta centavos. El margen de seguridad actúa como un seguro contra los errores en la estimación del valor intrínseco del activo, y frente a una mala racha imprevista. El concepto de margen de seguridad se define como la diferencia entre el precio de mercado del activo y su valor intrínseco (determinado por alguna técnica de valoración que revisaremos más adelante). Siempre que el valor de la empresa esté por sobre el precio de su acción, existen altas probabilidades de realizar una inversión que pueda garantizar un rendimiento satisfactorio.
[Valor Intrínseco corresponde al valor presente de los flujos de caja futuros de esa acción. Es decir, el valor actual del dinero que esa acción nos hará ganar en el futuro.]
No existe un porcentaje definido para el margen de seguridad. Los inversionistas acérrimos del value investing usan un amplio margen, compran cuando el precio cotiza con un 40% a un 60% de descuento respecto al valor de la acción. Otros más arriesgados, manejan márgenes más pequeños, compran cuando el activo cotiza con un descuento entre un 5% y un 20% del valor de la acción.
Graham y Doddsville cimentaron las bases para invertir en valor. Sin embargo, cada alumno se distinguió por alguna característica. Por ejemplo, Charlie Munger se destaca por concentrar su portafolio de acciones en un reducido número de empresas. Su cartera de inversión soporta más volatilidad y altibajos que el portafolio de acciones al estilo Walter Schloss, quien es conocido por haber manejado un portafolio con más de cien activos (de renta variable y fija). Por otra parte, Ruane se caracterizó por elegir acciones de buenas empresas a bajos precios. En este punto es muy similar a Buffett, quien se encarga de conocer en detalle el negocio de las empresas, evalúa la integridad del equipo directivo y de la administración, y por supuesto valora la empresa buscando adquirir alguna acción en descuento.
En síntesis el value investing involucra las siguientes etapas: en primer lugar, es necesario realizar un minucioso análisis de todos los variables relevantes en una inversión: comprender el negocio, analizar la situación financiera histórica y actual, aplicar una metodología de valoración, entre otras actividades. Este punto inicial separa la inversión de una especulación.
En segundo lugar, es importante observar el mercado para adquirir o vender una acción, sin embargo, el análisis del precio del activo no es el factor más importante para tomar en cuenta. La metáfora del Señor Mercado del Profesor Graham es muy ilustrativa, se debe comprar cuando el mercado está asustado y vender cuando está eufórico (recordando que Ben Graham describió al mercado como un maniacodepresivo).
En tercer lugar, se debe analizar las restricciones presupuestarias del inversionista, considerando que la inversión se mantendrá en el largo plazo, es decir, la suposición de que lo que se ha adquirido es un negocio que se debe mantener en el tiempo, por tanto, el dinero estará inmovilizado mientras no se venda la acción.
Finalmente, la última etapa consiste en aplicar el concepto del margen de seguridad como diferencia entre el valor intrínseco de la empresa y su precio de mercado.
Las cuatro etapas se interrelacionan y es común aplicar los pasos en forma simultánea.
El blog tiene el objetivo de enseñar y aplicar el método de inversión de los superinversionistas: el value investing. Es necesario mencionar, que complementando a la teoría de inversión en valor, aplicaremos la teoría del ciclo económico de la escuela austriaca y algunas herramientas del análisis técnico, para aumentar la probabilidad de éxito en la inversión reduciendo el riesgo de pagar un precio muy alto.
Nos interesa aplicar el value investing en Latinoamérica, siendo una ayuda para todas y todos aquellos que quieren rentabilizar sus ahorros, en instrumentos distintos de un fondo mutuo o depósito a plazo.
Este blog es para [email protected] [email protected] que quieran compartir sus conocimientos, inquietudes y propuestas de inversión.
Buena semana de inversiones.
Sergio.