Cuando se tiene problemas para cumplir con los compromisos crediticios, como pagar deudas o cumplir con las cuotas de un préstamo, es importante revisar el presupuesto y reorganizarlo si es necesario. Para ello, conocer la carga financiera es esencial, y en caso de caer en morosidad, también existe la alternativa de reorganizar las deudas.
Endeudamiento responsable
Durante el periodo julio - septiembre de 2022, la cifra de deudores morosos en Chile llegó a 4.115.337 personas, esto según el 38° Informe de Deuda Morosa elaborado por la Universidad San Sebastián y Equifax. Esta situación revela más de cuatro millones de individuos no están logrando pagar sus compromisos financieros a tiempo.
Solicitar un crédito o tener deudas no debe entenderse como un hecho negativo en sí mismo, ya que permite adquirir bienes a los que de otra forma sería muy difícil tener acceso, dado su alto precio, como un inmueble o un vehículo. Sin embargo, el problema comienza cuando se pierde el control de la deuda, y se deja de contar con los ingresos para poder cumplir con los compromisos crediticios adquiridos. Es en este punto que comienza a llamarse sobreendeudamiento, y cuando efectivamente ya no es posible cumplir con los pagos mensuales de las deudas, comienza a hablarse de morosidad.
Para evitar perder el control del presupuesto y mantener un endeudamiento responsable, considera las siguientes recomendaciones.
1. Vigila tu Carga Financiera
La Carga Financiera de una persona representa la suma de todas las deudas y compromisos que debe pagar al mes, excluyendo las de vivienda, como dividendo o arriendo. Por lo tanto, la carga financiera incluye deudas de tarjetas de crédito comerciales y bancarias, préstamos, créditos de consumo, créditos automotrices y cualquier otro compromiso crediticio de este tipo.
Conociendo el total de compromisos crediticios, se recomienda que la carga financiera mensual no supere el 25% de los ingresos totales mensuales. Por ejemplo, si los ingresos mensuales son de $600.000, la carga financiera no debería superar un tope máximo de $150.000.
De todas formas, el límite de la carga financiera no es fijo. Este puede ir aumentando progresivamente en su porcentaje en la medida en que los ingresos sean mayores.
Ahora bien, para un ingreso de $600.000, la carga financiera no debería superar los $150.000 (25%). Si a eso se adiciona un arriendo o dividendo por $300.000, ($450.000 en total), solo quedarían $150.000 que no estén comprometidos al pago de obligaciones.
Es normal que, al recibir más ingresos, la carga financiera se incremente, ya que se tiene la posibilidad de adquirir productos y servicios a los que antes no se tenía acceso. Lo importante acá es que el aumento en la carga financiera no se eleve drásticamente, y logre mantenerse proporcionalmente dentro de los ingresos.
En promedio, el monto ideal sería que nunca supere el 50% de los ingresos, ya que, de otra forma, se corre el riesgo de caer en morosidad si es que surge algún tipo de improviso, como un problema de salud, o una caída drástica de los ingresos por un despido laboral.
2. Reorganiza tus deudas
Cundo se tienen deudas en diversas tarjetas, como del retail y bancarias, además de créditos de consumo, lo ideal es poder agruparlas todas en una sola deuda. Esto se llama, consolidación de deudas.
Para ello, la recomendación es que, si se tiene la posibilidad de hacerlo, solicitar un crédito de consumo en una institución financiera que ofrezca las mejores condiciones, o el menor CTC (Costo Total del Crédito), para así poder pagar todas las tarjetas y otros préstamos. De esta forma, todas las obligaciones se consolidan en una única institución financiera.
Esta estrategia financiera puede resultar conveniente en aquellos casos en que se deben pagar varios costos de administración, comisiones y seguros en diversas instituciones financieras, lo que encarece el monto final que se debe desembolsar mes a mes.
Ahora bien, si no se cuenta con la posibilidad de solicitar un crédito de consumo para consolidar la deuda, la recomendación es apenas se van cumpliendo los compromisos y pagos de las tarjetas, dejar de utilizarlas, incluso cerrarlas si es necesario.
El objetivo es repetir ese proceso hasta finalmente lograr quedarse con una sola tarjeta para todos los pagos y compromisos, tratando de escoger la que ofrezca la mayor versatilidad para comprar en el comercio, pagar servicios, mayor seguridad y todo con los menores costos asociados.
Aplicando estas dos recomendaciones es posible alcanzar un nivel de endeudamiento responsable, sin correr el riesgo de sobrepasar la capacidad de pago y caer en morosidad, con todos los problemas financieros, económicos, judiciales, familiares y emocionales que ello puede acarrear.