
Después de haber resistido el impacto inicial de la crisis financiera mundial, los mercados emergentes se han esforzado por mantener un crecimiento sólido y cuando se combina con las perspectivas de una política monetaria más estricta en los EE.UU., la región ha experimentado salidas de capital significativas desde 2012.
"buscamos un catalizador que revierta esta tendencia, identificamos tres factores macro: primero una recuperación en el crecimiento de los mercados emergentes, segundo alguna evidencia de que China completa con éxito el desapalancamiento de su sector financiero y, por último, que aquellos países con déficit por cuenta corriente realicen un ajuste con éxito y puedan volver al camino del crecimiento."
"el ajuste más rápido en cuanto a la reducción de su déficit por cuenta corriente se producirá en las economías emergentes que: son más abiertas (el comercio es un gran porcentaje del PIB así que una recuperación de las exportaciones tiene un gran impacto), tienen un proceso de desapalancamiento ya en marcha, están ajustando sus costes laborales y mejorando su competitividad, exportan a países con rápido crecimiento y permiten un ajuste en su divisa".
La crisis financiera mundial alcanza a los mercados emergentes
Durante un tiempo parecía que los mercados emergentes podrían soportar la crisis financiera mundial. Después del shock inicial en 2008, cuando se derrumbó el comercio mundial, el crecimiento se recuperó en 2010 y 2011, y volvió cerca de los niveles previos a la crisis, un resultado más sólido al que presentaban las economías desarrolladas.
Sin embargo, en 2012 el crecimiento de los mercados emergentes comenzó a desvanecerse y quedó claro que las economías emergentes no se habían desvinculado de Occidente. El fuerte rebote fue atribuido a las políticas de estímulo puestas en marcha por las autoridades emergentes. Por ejemplo, China implementó un impulso fiscal masivo sin precedentes, pero aun así su crecimiento se desaceleró. A su vez, la debilidad en China ejerció presión a la baja sobre los precios de las materias primas y afectó a otras economías emergentes, como Latinoamérica.
En consecuencia, los flujos de capital se hicieron más volátiles. El punto de inflexión se produjo el verano pasado cuando Ben Bernanke, el presidente de la Reserva Federal, señaló que el QE no iba a durar para siempre, provocando así un aumento de los rendimientos del Tesoro de EE.UU. y una búsqueda de rentabilidad en mercados de mayor riesgo, como la deuda de alto rendimiento y la deuda emergente. Los flujos de capital comenzaron a disminuir, las monedas cayeron bruscamente y empezó a parecerse de nuevo a la situación de 1997-1998.
Flujos de fondos netos de mercados emergentes
Valoraciones y el sentimiento
En primer lugar, se ha observado una baja rentabilidad de los emergentes en comparación a los mercados desarrollados, que asciende casi al 30% desde octubre de 2010. Aunque ha habido otros períodos de bajas rentabilidades, este ha sido bastante importante. Las valoraciones de los emergentes se han vuelto más atractivas y tenemos indicios de que los flujos de capital pueden estar empezando a estabilizarse, a juzgar por los movimientos en las divisas.
Las divisas de los "Cinco Frágiles" comienzan a estabilizarse
Señales Macro

Principales riesgos
Además de las preocupaciones sobre los indicadores a corto plazo, los inversores también se centran en los riesgos de posibles caídas. Una preocupación es China, donde el legado del programa de estímulo ha sido un aumento de los préstamos improductivos en el sistema. Como en Estados Unidos y Europa, partes de la economía China necesidad de reducir el nivel de endeudamiento. El problema es que las autoridades pierdan el control y se produzca una fuerte contracción del crédito y un aterrizaje forzoso.
La segunda situación que ha creado salidas de capitales ha sido el conflicto entre Rusia y Ucrania. En el momento en que se estaba escribiendo este artículo, las tensiones habían aumentado tras los comentarios de Putin.