De algo estoy muy seguro, es que el dinero siempre ha estado presente en el trascurso de nuestra existencia, mucho o poco, lo hemos tenido que manejar de forma constantemente en diferentes situaciones, desde nuestra niñez a la etapa actual de nuestra vida. Nos genera tranquilidad, libertad y sensación de gozo cuando lo tenemos en abundancia, por otro lado, se puede convertir en una preocupación, cuando nos hace falta o no lo administramos adecuadamente.
Y precisamente, es en esa parte de la administración, es donde se cometen serios errores, que nos llevan a malgastar o a perder nuestro dinero, a veces, por no tener la inteligencia financiera adecuada, o en otras ocasiones, nos dejamos llevar por nuestras emociones, por el afán de conseguir dinero fácil y rápido.
En ese orden de ideas, quiero presentarles cuatro lecciones, que tienen que ver con el mal manejo de nuestro dinero, y que nos pueden servir para mejorar nuestras finanzas personales, siempre he dicho, que una forma de aprender, es a través de los errores o experiencias de los demás, ya que nos pueden servir de gran manera en está área tan importante de nuestras vidas, pues el dinero es algo que tiene que ver mucho en nuestra tranquilidad y felicidad, como ya lo mencione al inicio de este post.
Renunciar al trabajo sin tener un plan B. Hoy en día es muy común que se renuncie al trabajo por diferentes motivos, de índole laboral o personal, igual eso no tiene nada de malo, pues todo tiene una intención positiva, sin embargo, renunciar sin tener otras opciones laborales o de emprendimiento que nos asegure un flujo de ingresos, puede resultar bastante riesgoso, y sobre todo, impactar seriamente nuestras finanzas y el nivel de vida que tenemos, pues no tenemos la certeza que vamos a encontrar un trabajo de la noche a la mañana, o que una idea de negocio sea 100% exitosa.
Conozco casos de personas que han renunciado a sus trabajos, siguiendo un sueño, sin tener una planeación adecuada, se gastan todos sus ahorros, se quedan sin dinero, con deudas, sin trabajo y con una gran frustración cuando no tienen éxito en su emprendimiento, por lo tanto, se han visto obligados a iniciar de cero y a veces no es tan fácil.
En ese orden de ideas, debemos reflexionar antes de renunciar, en el sentido de trazarnos un plan de transición adecuado, dependiendo de lo que queremos, si es el caso de conseguir otro trabajo, ir mirando opciones, acudir a nuestros contactos y estar atentos a las convocatorias, de tal forma, que podamos asegurar nuestra continuidad laboral, y sobre todo nuestros ingresos, o en su defecto, tener un buen plan de ahorros que nos permita mantener nuestra calidad de vida, mientras encontramos un nuevo trabajo.
Por otro lado, si es el caso de un emprendimiento o negocio, la mejor opción, es desarrollarla a la par de nuestro trabajo, sobre todo, probar la propuesta de valor desde un inicio, apoyándonos de diversas metodologías, como el caso el modelo Lean Startup, a su vez, escuchar a los clientes para saber si realmente es lo que necesitan o no, de tal forma, que podamos aterrizar nuestras ideas para tener un panorama más claro, que nos permita saber si es rentable o no, y sobre todo, si es conveniente que renunciemos a nuestro trabajo, o determinar cuándo es el momento adecuado para hacerlo.
Apostar. Hoy en día las apuestas están a la mano de todos, son juegos de azar que venden la promesa de riquezas rápidas y fáciles, y generan una montaña rusa de emociones bastante fuerte, donde a veces se gana y muchas veces se pierde, a opinión personal, es una de las formas más rápidas de gastar el dinero, con el riesgo de convertirse en un mal hábito con el tiempo, que puede impactar seriamente nuestro bolsillo, pues hay personas que han perdido todo su dinero, bienes e incluso la familia, por lo que no se puede tomar como una forma de inversión o algo así, ni mucho menos es aconsejable arriesgar nuestros ahorros, pues tenemos una posibilidad alta de perderlos, pues como se dice comúnmente, los casinos nunca pierden.
Por lo tanto, la mejor opción, es no apostar, y si deciden hacerlo, que sea solo en contadas ocasiones y con el más mínimo dinero, de tal forma, que sus finanzas no se vean afectadas en caso de perdidas.
Tratar de ganar dinero fácil. Otra manera de invertir mal nuestro dinero, es a través de las llamadas “pirámides”, o negocios que ofrecen altas tasas de retorno de manera fácil y a horizontes de tiempo bastante cortos, pues no son sostenibles en el tiempo, y se corre el riesgo de perder todo nuestro dinero, como lo sucedido en Colombia, con DMG o el escándalo de las libranzas.
Igualmente, no es bueno que nos dejemos llevar por la moda en materia de inversión, pues nos puede llevar a tomar malas decisiones, como lo que ocurría con el Bitcoin cuando estaba subiendo, muchos decían que iba llegar a los $100.000 USD, y mucha gente empezó a invertir en eso, incluso varios negocios lo adoptaron como moneda para hacer sus transacciones, hasta unas tías, que no tienen ni idea de mercados financieros, tenían ganas de comprar Bitcoins, que porque eso era un buen negocio, que todos los días subía, y qué sucedió, pues llegó a los $19.000 USD y desde ahí, se ha venido desinflando su valor, situándose en la actualidad en los $5.600 USD, es decir, una caída del 70%, y muchas personas han tenido que ver como su dinero se ha disminuido notablemente.
Por lo que antes de involucrarnos en cualquier negocio, debemos asesorarnos muy bien, ojalá de personas que tengan bases en materia financiera, y sobre todo, entender, que entre mayor es la rentabilidad esperada, el riesgo de pérdida también lo es, pues como se dice en Colombia: “De eso tan bueno no dan tanto”.
Endeudarse sin una adecuada planeación. Es otro error que se comete muy a menudo, sobre todo cuando el pago de las deudas compromete la mayor parte de nuestros ingresos, quedando con poco margen para suplir nuestros gastos, perdiendo nuestra tranquilidad, y aumentando nuestras preocupaciones. Como siempre lo he dicho, lo malo no es endeudarse, lo malo es no hacer una adecuada planeación, a partir de nuestra situación financiera.
Finalmente, el dinero no compra la felicidad, pero si que nos ayuda a tener una vida más libre, tranquila, sobre todo, nos permite satisfacer nuestros deseos y necesidades, de tal forma, que entre mejor lo administremos, mayor será el bienestar en nuestra vida…
¡Muchas gracias!